Hacía mucho tiempo que sobre la mesita de
centro reposaba la taza que contiene cien años. La presión de unos dedos arruga
un poco el recipiente… Más tarde, está ajado por completo.
Desde la esquina, una persona desnuda
observa la taza que ya dejó en paz… Su piel se halla removida por el esfuerzo.
Todo, es el reflejo del cuadro que dejó de
pintar.
Para conseguir, el presente.