miércoles, 11 de octubre de 2023

Comentario del jurado sobre mi libro LA VOZ INFINITA, el cual obtuvo una MENCIÓN en el PREMIO DE NOVELA BREVE LA LINARES 2022

«La voz infinita». Seudónimo: «El caminante»

Narra la historia de un joven pintor ecuatoriano y su hermano cineasta mientras se encuentran en Rusiaiyán y Azerbaiyán en calidad de becarios; el pintor en Moscú ha hecho la carrera de Pintura y está a punto de iniciar estudios de doctorado en arte; su hermano Rigoberto, cineasta, está en el proceso de filmar una película en Bakú, cuando de repente una de las actrices del reparto desaparece y la producción se detiene.

Quien narra la historia es el pintor. La calidad del lenguaje utilizado y la delicadeza que dispone para transmitir los sentimientos y pensamientos son frescos y profundos a la vez. «Nos encontramos en las vacaciones que se extienden desde junio hasta agosto, entonces aprovecho para alistar una exposición de mis lienzos, en los que hay embarcaciones trazadas en la simetría y deformaciones de la existencia ahí reflejada por medio de contornos: naves a veces largas, altas en otras ocasiones, pero bajeles al fin. Seguramente llegarían a desplazarse si empleara mis alientos como velamen. Ocurre a ratos con las derivaciones del alma».

Él va describiendo a su paso los pormenores de su vocación, del medio donde se mueve y de quienes le rodean, para conformar un relato que, por varias razones, se ha de considerar admirable.

En primer lugar, destaca el uso de una prosa tersa, de ritmo sosegado, lírico, que tiende mucho a explorar la intimidad, la espiritualidad e incluso lo cósmico del ser humano y del tiempo.

Así es como el narrador se apropia de un lenguaje extraordinariamente sugerente para indicar las preocupaciones del propio artista, y las de su hermano cineasta. Todo ello, mientras pasea por varias ciudades, entre ellas Moscú y Bakú, capital de Azerbaiyán. La narración hace alusión a hechos reales: la guerra del Alto Karabaj, un conflicto entre las fuerzas armadas de Azerbaiyán contra Armenia y la República de Artsaj (en la región del Alto Karabaj), desarrollado entre el 27 de septiembre y el 10 de noviembre de 2020, tras un acuerdo de Alto al Fuego patrocinado por Rusia. Las acciones y aventuras no cambian la vida de los personajes, sin embargo, lo que cambia es la historia de ese país y la historia mundial; el conflicto armado discurre por varias páginas de la novela, pero lejos de relatar hechos bélicos cuenta las repercusiones que estos hechos tienen en la vida de los hermanos, quienes finalmente retornan a Ecuador, ante el inminente fallecimiento de su madre.

El pintor lee a varios clásicos de la literatura rusa como Dostoievski, Chejov, Maiakovski o Bulgakov, haciendo glosas sobre estos: asiste a museos, mira exposiciones, observa la realidad social en tiempos de la Perestroika (evitando hacer juicios políticos e ideológicos, o realizar descripciones parcializadas) o recuerda a su país natal, el Ecuador, y, sobre todo, reflexiona sobre el sentido de la vida, sobre sus misterios, espejismos o certezas; arroja una mirada a la noche, al tiempo, al universo, mientras se hace preguntas sobre el sentido de la existencia a través de su particular óptica contemplativa y poética, y todo ellos empleando una delicadeza realmente sorprendente.

En este contrapunto de voces y aconteceres, el narrador no coacciona al lector con efectismos ni truculencias, ni lo conduce a dobleces especulativas o a sucesos extremos, crímenes o estados límite para impactar premeditadamente al lector, sino que, por el contrario, apela a las fibras sensibles para urdir su trama intimista, plena de preocupaciones estéticas que alcanzan el rango de una meditación profundamente humana, resuelta dentro del matiz poético. Se trata de un texto lento, moroso, que se detiene en detalles, en pormenores, en procesos de creación de la obra de arte, de películas, de libros, de recuerdos familiares, y los va tejiendo de un modo magistral a los mundos anecdóticos, los cuales aparecen mezclados a medida que avanza la escritura.

La película que va a filmar su hermano Rigoberto en Bakú queda trunca, su madre fallece, la exposición que el artista va a hacer se pospone, y finalmente queda para ser realizada en la propia habitación del pintor, en su intimidad. Pero la vida prosigue, pese a todo, parece decirnos la obra, ofreciendo sus colores para que nos atrevamos a vivirla.

Por su esmerada escritura y sus logros poéticos y estilísticos, por su hondura filosófica y por mantener al lector atento a los detalles mediante capítulos muy breves, «La voz infinita» califica para figurar como finalista entre las merecedoras del galardón de novela corta en esta oportunidad.

Abiertos los sobres de identificación, las obras premiadas corresponden a los escritores:

·        Juan Carlos Moya, por su obra «La venganza de Venus»

·        Leo López, por su obra; «Enseñar a fumar a las niñas»

·        Sandino Burbano, por su obra «La voz infinita»

Felicitamos a todos los escritores que acudieron a la convocatoria y a quienes han obtenido distinciones en el Premio «La Linares» de novela breve, 2022, así como a los organizadores de este certamen anual.

-Gabriel Jiménez Emán (Caracas)

-Bernardita Maldonado (Barcelona)

-Iván Egüez (Quito)