¡La casa dándose a conocer en la
soledad de un medio día!
Cada paso del hombre arrastra su
morada..., en una elástica, que se agranda y retuerce según como camine.
Lo restante de ese paisaje,
campestre: amaneceres y anocheceres, de espaldas al personaje no pueden
descubrir el suceso.
Por eso, aprovecha esa hora para
mostrar la casa.
¡SU CASA!