martes, 7 de octubre de 2014

SIN TÍTULO

     Él pasaba a través de animales sin rayarlos. ¡Reses vacías! Como el viento sopla fuerte, éstas, por momentos, se convierten en columpios y el hombre aprovecha para mecerse… El juego se repite incesante. Empieza a cansarse. Entonces, baja, da algunos pasos, pero una de sus piernas se atasca en una porción interior de uno de esos animales que, fuera, se encontraba dispersa.

     Gracias a que las acciones descritas no se hallan adheridas a esta historia por un título, haciendo mucho esfuerzo, pudo sacar la pierna.

     Y, por ende, salvarse.